Máquina de Burbujas

En el agua, las moléculas se atraen entre sí, es decir cada molécula de agua atrae a aquellas que están a su lado, gracias a este efecto es que podemos encontrar el agua en forma líquida. En la superficie, esta atracción se realiza solamente con las moléculas a los lados y abajo; esto crea algo que se le llama tensión superficial.

Por otra parte, el jabón y los detergentes en su mayoría contienen elementos tensoactivos, que tienen dos características opuestas pero importantes; por un lado atraen a las moléculas de agua (hidrófila) y por otro la repelen (hidrófuga). Si así es, cuando estas moléculas entran en contacto con el agua se orientan de tal manera que la parte hidrófila se sumerge en el agua mientras que la parte hidrófuga huye de ella.

SI una burbuja estuviera formada solamente por agua, la burbuja tendría en ambos lados de la pared contacto con el aire, un lado con el aire interno y otro con el aire externo. Dado que la pared estaría formada solo por agua que están unidas entre sí por la tensión superficial. Esta fuerza podría mantener la burbuja por mucho tiempo, sin embargo, debido a los movimientos propios de la burbuja y del agua, en algunos puntos esta pared se hace mas ancha por la cohesión del agua, lo que significa que en otros se hace más estrecha hasta el punto de ruptura. Este efecto se le conoce como efecto Marangoni.

Al agregar jabón, las moléculas tensioactivas se sitúan en la parte más externa e interna de la pared de la burbuja, cuando la pared se estrecha, queda menos agua entre las capas de las moléculas tensioactivas, estás se desplazan buscando regiones con más agua y y se crea un ciclo que se refuerzan las zonas débiles y se debilitan las zonas más fuertes y la pompa de jabón puede durar mucho más tiempo sin romperse.

Por otra parte, la presencia del jabón ayuda a que el agua se evapore más lentamente y le da estabilidad a la burbuja.